La mayoría de las personas, por ley de vida, llegaremos un día a la jubilación.
En este estadio de nuestra vida, nuestros ingresos se ven mermados: las pensiones apenas dan para vivir, y mucho menos dignamente.
No podemos mantener el mismo ritmo de vida que llevábamos antes; tenemos que suprimir muchos gastos, y algunos de ellos totalmente necesarios.
Una casa fría en invierno, es causa de catarros y gripes, sobre todo para las personas mayores y los niños.
Una vivienda bien aislada, implica bienestar inmediato, cuyo beneficio lo disfrutaremos de por vida, tanto a nivel de confort, como a nivel económico.