LOS 7 PILARES DE LA REGENERACIÓN

Para que un pueblo pueda auto proclamarse como democrático, y pregonar a los cuatro vientos la regeneración de la imagen mafiosa (verídica) que ostenta con orgullo (como demuestran las urnas), debería construirse sobre estos siete pilares fundamentales:

 

PRIMER PILAR

 

Ningún pueblo puede decir que existe democracia en su país, si todos los ciudadanos no pueden votar o se dificulta su voto (voto rogado), o sus derechos al voto son cercenados (LOREG) en beneficio de otros, ya que esto atenta directamente contra el principio de igualdad consagrado en la Constitución.

 

Por ello son nulas -por anti constitucionales-, todas las leyes electorales que infrinjan o vulneren este precepto, y los sistemas que cínicamente evitan o dificultan enormemente el voto de cualquier ciudadano español…, ¡resida donde resida!

 

Consecuentemente, han nacido nulos y lo son jurídicamente, todos los actos económicos y estructuras legales nacidas al amparo de esta vulneración.

 

SEGUNDO PILAR

 

El anterior principio es la base de toda democracia, por eso hay que blindarlo para que no pueda ser vulnerado por ningún partido. Para construir este blindaje hay que crear una Ley Orgánica férrea que castigue a todos aquellos (funcionarios o civiles) que metan la mano en la hucha del pueblo.

 

Dicha Ley impondrá dos tipos de penas a todos aquellos que la incumplan:                                                     

 

            A) Dado que han metido la mano en la hucha del pueblo, obviamente es fundamental que devuelvan la cantidad robada con sus correspondientes multas, recargos e intereses (como nos han enseñado "nuestros mayores"). Así que, caso de no hacerlo, ingresarán en prisión hasta que dichas cantidades sean devueltas. Esta estancia penitenciaria será voluntaria y dependerá del tiempo que tarden en devolver lo robado.

 

             B) Una vez devuelto lo robado, deberán cumplir la condena que la Justicia les imponga, es decir, deberán cumplir con la estancia judicial.

 

Con esta filosofía legal, todos aquellos que ingresen en política para medrar, quedarán desincentivados, presentándose para trabajar en la política solamente aquellos que verdaderamente tengan vocación y espíritu de servicio público.

 

TERCER PILAR

 

Es necesario, justo y lógico que el pueblo recupere todo aquello que le ha sido robado, al amparo de infames leyes nacidas de una Ley Electoral envenenada (en beneficio de una élite corrupta), por una minoría depredadora.

 

Serán recuperadas todas las empresas, concesiones y servicios públicos que han sido privatizados, es decir… expoliados.

 

Para no perjudicar a los inversores de buena fe que sin ser conscientes han participado en dichos expolios, el nuevo Estado efectuará ampliaciones de capital teniendo en cuenta estos intereses.

 

Para ello, se fijará un límite a la cantidad que será respetada.

 

Con respecto a las empresas robadas al pueblo, como orientación y por analogía (impuesta por los expoliadores) podría dicha cantidad quedar establecida en 100.000 euros.

 

El objetivo final es que el Estado quede como propietario de un mínimo del 60%.

 

Otra opción, sería efectuar directamente ampliaciones de capital de forma que el porcentaje del Estado quedara establecido en un mínimo del 60%. También ellos nos han enseñado ésto. Eufemísticmante lo llaman... ¡INGENIERÍA FINANCIERA! 

 

En ambos casos, los ahorros de los inversores de buena fe quedarían protegidos y a salvo de la especulación depredadora de tiburones sin escrúpulos.

 

Obviamente, tanto en un caso como en otro, la contrapartida estatal sería de 0 euros por accíón.

 

Evidentemente, esto debería de blindarse de tal forma que al Estado por Ley le estuviera prohibido vender sus participaciones (independientemente del Gobierno de turno), puesto que pertenecen a todos los españoles, y con sus ingresos se puede mantener una NACIÓN justa, democrática y que respete nuestro PLANETA. 

 

Con respecto a las concesiones y servicios públicos expoliados, el nuevo Estado deberá recuperar la totalidad de los mismos, y obtener el correspondiente y justo lucro cesante, según nos han enseñado "nuestros mayores".

 

Estas empresas, concesiones y servicios públicos recuperados no podrán ser privatizados o expoliados jamás, puesto que constituyen el patrimonio y riqueza recurrente de todos los españoles.

 

El Estado (gracias a los avances tecnológicos, sobre todo en telemática), para conseguir sacar adelante esta directiva económica, creará empresas que serán gestionadas con criterios de justa eficiencia económico-social y laboral, cuyos beneficios redundarán en toda la sociedad, al contrario de lo que ahora pasa, que redundan en unos pocos a costa de la precariedad de la mayoría.

 

Este sistema, además de ser justo socialmente, tiene la ventaja añadida de distribuir equitativamente la riqueza generada, lo cual contribuye positivamente al rodaje y lubricación del sistema económico.

 

CUARTO PILAR

 

El sistema financiero no puede estar en manos privadas, entre otras cosas, porque ellos de forma implícita lo reconocen al argumentar cínicamente que "la corrupción y codicia son inherentes al ser humano", algo con lo que estoy en total desacuerdo.

 

Pero parece ser que donde hay dinero afloran todos estos canallas en los que sí son inherentes dichas “virtudes financieras”. Además, ya hemos visto que no es la primera vez que sufrimos una crisis provocada por el sistema financiero. Cíclicamente sufrimos "crisis provocadasque ahondan las desigualdades entre pobres y ricos.

 

Leyes que favorecen la depredación financiera, y despenalizaciones de leyes que la castigaban (como es el caso de la Ley Azcárate que penalizaba la usura y que fue despenalizada por el "pseudosocialista" Felipe González), contribuyen al enriquecimiento ilícito de este podrido y nauseabundo sistema financiero.

 

De la misma forma que se recuperarán todas las empresas públicas que han sido privatizadas (eufemismo éste para el EXPOLIO) y, respetando los justos intereses de los inversores de buena fe, se aplicará el mismo sistema para con la banca privada, cuyo enriquecimiento ha sido realizado a lo largo de alrededor de dos siglos con leyes corruptas que amparaban sus truculentas prácticas financieras.

 

En consonancia con  su propio argumento auto inculpatorio… “la codicia y la corrupción son inherentes al ser humano”, voceado a los cuatro vientos por políticos y periodístas sin ética ni escrúpulo alguno a modo de exculpación cuasi divina, no debemos permitir que seres sin conciencia estén al frente de entidades financieras (actuando de forma independiente, incontrolada y sojuzgando  al Congreso y a la democracia), que hoy en día son el sistema motriz de un país.

 

QUINTO PILAR

 

Una vez sentadas las bases del nuevo Estado democrático, y recuperado todo lo que ha sido expoliado, el siguiente paso que tiene que dar dicho Estado, es establecer unas relaciones laborales basadas en la justicia social y el reconocimiento de la gran importancia (para la consecución de los beneficios empresariales) que tiene la fuerza productiva de los trabajadores.

 

Sin los trabajadores el capital es estéril, sin embargo, sin capital los trabajadores si pueden alumbrar riqueza. Cuando el dinero ha perdido el norte de la función de intercambio que tiene, y se ha convertido en capital depredador, es el momento de tirarle de las bridas.

 

La retribución del trabajo no puede ser considerada como una limosna, por el mero hecho de que haya un 25% de la población esperando una oferta “de esclavitud”.

 

Esta forma de actuación se convierte en una espiral deflacionista de los salarios, que pasan a convertirse en limosnas. La relación, como mínimo, tiene que ser de igual a igual.

 

De los beneficios limpios, un mínimo del 50% debe de ser destinado a retribuir el esfuerzo productivo de los trabajadores.

 

Obviamente, habría que establecer una escala lógica de retribución que nunca puede ser abusiva. Una escala de 1/10 ó 1/12 sería lógica y justa. El trabajo, para que sea eficiente (además de justo) debe de ser retribuido de acuerdo al esfuerzo aportado por cada uno y a sus habilidades demostradas y rentabilizadas.

 

En cuanto a los contratos laborales y poniéndome en los dos casos (empresarios y trabajadores), la formalización debería de circunscribirse a dos tipos.

 

En el caso de un empresario que empieza con pocos recursos financieros, se podría formalizar un contrato laboral de sociedad”. Es decir, mientras que la empresa despega y los ingresos son escasos, el trabajador cobrará en función de dichos ingresos, pudiéndose de esta forma acompasar el nivel de ingresos con el de los salarios.

 

Obviamente, cuando la empresa haya logrado posicionarse en el mercado y los ingresos sean recurrentes, los trabajadores que con su esfuerzo y sacrifico han contribuido a ellos, también participarán de dicha bonanza.

 

De esta forma, el empresario descargaría buena parte de la presión financiera que toda empresa conlleva en sus comienzos cuando la financiación es escasa.

 

El otro tipo sería un “contrato fijo”. Es decir, los trabajadores recibirían un salario estipulado de antemano, pero digno. Esto sería desde el primer momento.

 

Yo entiendo que el contrato más justo y eficiente sería el primero, porque además de ser justo, incentiva al trabajador, que tomaría la empresa como si fuera suya, a diferencia de las relaciones laborales de esclavitud que existen en la actualidad, que entrañan tensión en ambas clases “actualmente antagónicas” …, la empresarial, por exigir la máxima productividad a cambio de una limosna, y la del trabajador, que se niega a recibir limosnas y asumir la esclavitud como única relación laboral.

 

Con respecto a la argumentación de que el empresario pone y arriesga su capital, he de recordar que, en España, la mayoría de las grandes fortunas son producto de la rapiña y explotación laboral secular. En particular, en estos últimos 80 años de dictadura, se han amasado ingentes fortunas gracias a la esclavitud.

 

Por otro lado y con respecto al “riesgo” asumido por el empresario, cuando un trabajador decide “invertir su tiempo” en una determinada sociedad, está poniendo en riesgo un capital mucho más importante…, su capital vital, ya que en ese acto entrega a la empresa un período vital que nunca va a recuperar, amén del coste de oportunidad vital que se debería de tener en cuenta.

 

Pensar lo contrario sobre la inversión vital del trabajador,  implica descaradamente un desprecio laboral y humano que califica al empresario como un mafioso sin escrúpulos.

 

En España, tenemos el paradigma de este espécimen de empresario depredador y sin escrúpulos en Amancio Ortega, que no sólo amasa su fortuna con sangre y esclavitud (incluida la infantil), además, no le tiembla el pulso para eludir sus responsabilidades fiscales, utilizando lo que ellos llaman ingenierías fiscales, y la mayoría llamamos triquiñuelas o efugios mafiosos.

 

Estos despreciables seres esparcen y reparten sufrimiento y esclavitud  a lo largo y ancho del PLANETA, a la vez que los importan a nuestra PATRIA en una espiral sin fin de violencia apocalíptica.

 

Ellos..., los suyos..., esa gentuza sin escrúpulos, lo etiquetan de "EMPRESARIO EJEMPLAR".

 

De estos "EMPRESARIOS EJEMPLARES" es muy amiga la MONARQUÍA ESPAÑOLA.

 

A toda esta gentuza, amiga y encumbradora de estos "empresarios ejemplares", le digo:

 

"Mandad a vuestros cachorros a trabajar a las fábricas del infierno que este (y otros) "empresario ejemplar" tiene esparcidas a lo largo y ancho del Planeta (China, India, Brasil...). Y cuando os reporten vuestros polluelos..., vais y lo "tweeteais".

 

SEXTO PILAR

 

La religión, y en particular la Iglesia Católica, no pueden tener ni voz ni voto en las relaciones ESTADO-CIUDADANOS. Su papel debe circunscribirse al ámbito privado y no interferir en la política bajo ningún concepto.

 

De la misma forma que lo dicho más arriba y bajo los mismos principios, tiene que devolver todo lo que le ha robado al pueblo vía subvenciones o ingresos estatales de cualquier tipo y el patrimonio expoliado.

 

Hay que tener en cuenta, que la Iglesia Católica es la mayor ORGANIZACIÓN CRIMINAL que existe en el planeta.

 

Esta Organización Criminal, eufemísticamente escondida bajo la denominación de Iglesia Católica y, que en realidad es justo todo lo contrario al CRISTIANISMO, en 2015 recibió del Estado fascista entre pitos y flautas (incluidas crucecitas en el IRPF) 11.000.000.000 de euros. El capítulo de pensiones supuso 10.000.000.000 de euros.

 

Sus obras de caridad, son el paradigma  de la INVERSIÓN PUBLICITARIA. No hace falta decir que estas INVERSIONES CARITATIVAS suponen unas migajas del gran pastel de codicia y corrupción que año tras año acrecienta sus incalculables y subrepticias riquezas.

 

SÉPTIMO PILAR

 

INSTITUCIONES PÚBLICAS. El Senado es una institución cuyo principal objetivo es torpedear cualquier iniciativa democrática que pudiera surgir en el Congreso. Dicho esto, la representación territorial debería de ir implícita en la composición de los partidos (en el Congreso) según los votos obtenidos en cada Autonomía.

 

Actualmente es una duplicidad absurda que implica un capítulo importante en los gastos de los Presupuestos, además de servir de refugio a los mafiosos de los partidos políticos que ya han sido amortizados. Lo mismo podemos decir de las instituciones públicas duplicadas como las Diputaciones.

 

El nepotismo y amiguismo en la contratación del funcionariado (saltándose las pruebas oficiales o conculcándolas), y el desembarco de asesores supérfluos, deben de ser castigados en aplicación del segundo principio.

 

Por último, no tiene ninguna lógica en una sociedad democrática que el Jefe del Estado sea una Monarquía que no ha elegido el pueblo, y que en este caso ha sido impuesta por un genocida dictador.

 

La incrustación en la Constitución es nula, por lo dicho en el punto primero. Resulta una imposición franquista en primer lugar, y en segundo lugar, porque la Transición se llevó a cabo bajo amenaza gansteriles y de forma obscurantista.

 

La convocatoria de un referéndum vinculante para decidir si el pueblo español desea seguir con una Monarquía que nunca ha sido elegida por él, o por el contrario, desea que su país se convierta en una República, sería, en caso de que dicha iniciativa partiese de la Monarquía, una muestra de valentía y dignidad por su parte que revelaría su hasta ahora desconocida faceta democrática.

 

Caso de que dicha convocatoria partiese de los partidos que componen el bipartidismo, es decir PP & C’s por un lado, y PSOE por el otro (los tres partidos unidos y en comunión piadorsa con y por  la CORRUPCIÓN), destilarían de la misma forma que en el caso de la Monarquía, sus hasta ahora desconocidas facetas democráticas, ya que, en el caso del referéndum y a diferencia de la actual y mafiosa  Ley Orgánica del Régimen Electoral General -LOREG-  impuesta en nuestro país por Felipe González, los votos de todos los ciudadanos valen a lo mismo.

 

EPÍLOGO

Estos siete pilares deben de ser la base firme y las zapatas de una verdadera, fuerte y saludable democracia. Fuera de ellos, lo que se construya está sentenciado al fracaso y al sufrimiento del pueblo, que tarde o temprano terminará estallando de forma violenta, siendo los responsables últimos de dicha violencia los que arbitrariamente han implantado un sistema injusto y esclavista.

Fuera de estos principios, el país está condenado al protectorado, al atraso y a la esclavitud.

En cuanto a la Iglesia Católica y la Monarquía, ambas instituciones comparten un currículum secular de codicia, corrupción, lascivia y sangre. Esto es historia, y ya está escrita.

Es pues primordial la abstención en la vida pública de la primera, suprimiendo todos los privilegios de los que tanto tiempo han disfrutado, y someter a referéndum de todos los ciudadanos en condición de igualdad (primer principio) a la segunda.

Previamente, deberá (convenientemente y ciñéndose a la Historia) ser explicado al pueblo el papel corrupto y sangriento que a lo largo de los siglos ha tenido la Monarquía española, en orden a tomar una decisión reflexionada que no se llame a engaños.

Cualquier partido que no entienda que estos son los verdaderos pilares de una  Regeneración Democrática sana, justa y correcta, da igual la etiqueta que se quiera auto imponer… socialdemócrata… demócrata cristiano… conservador… liberal… socialista… comunista o popular, porque en realidad estaría profesando con sus actos el más rancio fascismo.

El desdeñar deliberadamente los dos primeros principios, convierte a todos aquellos que los ignoren en chorizos mafiosos, puesto que no desean que exista una Ley que penalice la rapiña, y mucho menos una sociedad en la que todos sus miembros puedan votar en condición de igualdad.

Ignorándolos todos, se convierten en fascistas que quieren sustentar sus patrimonios y poder en base a la esclavitud de otros seres humanos y al expolio del patrimonio del Estado.

RONIN

 

En Debajo un Puente, a 25 de diciembre de 2016.

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2017.


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