Lamentablemente, para conseguir un grado aceptable de confort en nuestra vivienda, dependemos del consumo de energía (en invierno calefacción, y en verano, aire acondicionado).

La formación de los precios de las distintas fuentes de energía (petróleo, gas, energía nuclear, electricidad, energías alternativas…), se escapa a nuestro control; no podemos hacer nada para evitar su configuración, que siempre responde a interese de terceros, ajenos, y normalmente opuestos a los nuestros.


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